viernes, 8 de abril de 2016

EL PALOMO, EL OSO, EL LOBO, Y EL CORDERO

No voy a hablar de animales. No se dejen engañar por el titular, hablaré de fútbol. Decepción. Tristeza. Resignación. Lamentación. Podemos mencionar el adjetivo que sea. Pero en ningún caso sentía rabia o indignación hacia los jugadores del Barça mientras bajaba las escaleras internas del Camp Nou, envejecidas por la humedad y las defecaciones de las palomas, tras perder por 1 a 2 contra el Real Madrid. Dolía, evidentemente, pero inmediatamente tuve la sensación de que no era episodio preocupante, tal y como mencioné en mi anterior artículo.

Personalmente, es mi opinión, el llamado "virus FIFA" se hizo notar, especialmente a los sudamericanos en el que jugar partidos clasificatorios para la Copa Mundial Rusia 2018. Esto lo aprovechó el Real Madrid metiendo una marcha más a los últimos 20 minutos. Ahora bien, a pesar de la victoria del conjunto blanco, había la sensación de que la eficacia del Barça era cuestión de más horas de descanso.

Pero los primeros 45 minutos contra el Atlético de Madrid, donde el equipo colchonero se adelantó por medio de un sobreexcitado Fernando Torres, que acabó expulsado antes del descanso, comenzaron a despertar los fantasmas de posibles crisis, problemas físicos, etc. El conjunto azulgrana volvió a demostrar poca movilidad con y sin balón, lenta circulación de la misma, y ​​una actitud especulativa en el juego. La cosa no pintaba bien, y parecía que la Champions se acabaría antes de lo que pensábamos.

No sabemos qué pasó en el vestuario durante el descanso. No sabemos cuáles fueron las palabras de Luis Enrique a sus jugadores. Pero sea como sea, el balón recuperó las circulaciones rápidas y se terminó con la especulación. Se fue directo al tajo, y a pesar de las numerosas pérdidas de tiempo, un total de 30 minutos, y el juego duro, el Barça consiguió ganar el partido por 2 a 1 con dos goles de Luis Suárez. Nada está decidido, la vuelta en el Vicente Calderón no será apta para personas con problemas en el corazón, pero esto es la Champions, estamos en cuartos de final, y el rival es el segundo clasificado en la Liga BBVA. Todo el mundo era consciente de que era un oponente muy duro y que no se debía cantar victoria antes de tiempo.

Y al día siguiente llegó la sorpresa. Un "accidente" que demostró que, como dice el dicho popular, "nunca hay que vender la piel del oso antes de cazarlo". Nadie se esperaba la derrota del Madrid por 2 a 0 en Wolfsburg. Era el rival deseado, octavo en la Bundesliga y 30 puntos del líder (Bayern), y después de la inyección moral de la victoria en el Camp Nou se presentaba una noche para sentenciar la eliminatoria por goleada.

Pero no fue así. El Madrid ya pensaba en el rival de semifinales y volvió su actitud "pasota", marcando con la mirada, y sin ideas. Un partido que dejó en evidencia lo que mencionaba anteriormente, que "un palomo no hace verano". El equipo blanco parece el Barça de antes de la llegada de Cruyff, ganando el máximo rival parece estar hecha la temporada.

Y además, en línea con lo que comenté en un artículo anterior, en vez de hacer autocrítica, se desvía la atención con que los culpables de lo sucedido en esta jornada de Liga de Campeones, son los árbitros. Sinceramente, no sé a quién quieren engañar desde Madrid haciendo creer que el Atlético de Madrid sufrió un nefasto arbitraje. Más leña y juego subterráneo es imposible. En Europa, el juego duro y la falta de fair play se castiga. Y en cuanto a la Castellana, es cierto que el árbitro se tragó un penalti sobre Gareth Bale, pero aún así, quien haya visto el partido estará de acuerdo en que es un argumento demasiado pobre.

Aún queda la vuelta, el Barça tendrá que luchar duro para pasar a las semifinales. El Calderón será un infierno. Y sobre el papel, ya pesar de la derrota en la ida, no creo que el Madrid protagonice un ridículo mayúsculo quedando eliminado el Bernabéu contra el Wolfsburgo. Como decía el desaparecido Juanito, "90 minutos en el Bernabéu son muy largos".

Ahora bien, esto es fútbol y la famosa conjura del ex futbolista del Madrid no se cumple en Europa desde aquella remontada contra El Inter de Milán en 1985. El Madrid tendrá que esperar que el famoso "palomo" vuelva a volar cerca del Bernabéu, cambiar mucho su cara para dar la vuelta a la eliminatoria, y hacer olvidar el "petardazo" de ayer. Si no, darán la razón a aquellos que defienden que es más importante la condición del equipo que no la suerte de las "pelotas calientes y rugosas". Y lo más importante, hay que jugar antes de cantar victoria para evitar ser devorados por un lobo, curiosamente animal mascota del Wolfsburg, con piel de cordero.


"El exceso de llanto hace reír, el exceso de risa hace llorar." (William Blake)

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